27 Ene El boom de los hostels, un sector diversificado
El boom de los hostels, un sector diversificado
En España el turismo se ha convertido en una fuente de riqueza imprescindible, por eso la oferta alojativa es cada vez más compleja y competitiva. Si bien en 2011 llegábamos a un máximo de casi 15.000 establecimientos hoteleros de media en el país, a partir de ese momento comenzó una leve tendencia a la baja que se intensificó en el año 2015.
No obstante, en 2016 el promedio de establecimientos volvió a aumentar hasta alcanzar cifras registradas en 2008 y se mantuvo tanto en 2017 como en 2018. Por lo tanto, en la última década España ha experimentado un auge sin precedentes de un sector que se ha visto diversificado con los años.
Uno de los tipos de alojamiento que ha revolucionado la industria turística son los hostels que – aunque ya existían y los llamábamos albergues juveniles – ahora se han popularizado en este término anglosajón. De hecho, España se sitúa entre los destinos de hostels más reservados del mercado.
Con todo esto, grandes cadenas internacionales han decidido abrir ya sus hostels en España, como Bluesock Hostels que ya se ha estrenado este año en Gran Vía de Madrid. Otras empresas también se han propuesto abrir sus establecimientos en España, es el caso de la cadena A&O Hostels que prevé desembarcar en nuestro país en 2021. Otras entradas inminentes serían las de Room Mate o Casual Hoteles, que tienen pensado estrenar su cadena de hostels en 2020.
Ofrecer experiencias y no sólo habitaciones
Los clientes que prefieren pasar su estancia en un hostel son los más jóvenes. Éstos no sólo buscan alojarse en algún sitio, quieren vivir una experiencia única en un ambiente social trepidante, y eso es precisamente lo que ofrecen este tipo de establecimientos.
En los hostels existen zonas comunes donde hay una actividad constante, con la organización de fiestas y reuniones, todo esto implica una fase de socialización muy concreta y definida. El espacio pasa a ser compartido, desde la habitación con sus literas hasta la cocina, todo se hace dentro de una vida social en común.
Otro de los puntos fuertes de estos alojamientos es el precio, mucho más barato que el de los hoteles. Aunque disfrutemos de menos lujos, encontramos igualmente excelentes instalaciones en un ambiente seguro, familiar y cómodo. Además, con todo esto, el turista logra integrarse en la comunidad local de la forma más natural posible.
Innovación, la asignatura pendiente del sector hotelero
El aumento de oferta de alojamientos, la necesidad de desestacionalizar la demanda y la disminución de la duración de las estancias ha obligado al sector hotelero a innovarse. Con el objetivo de diferenciarse en sus productos y servicios, los hoteles intentan ofrecer propuestas de valor añadido que sean atractivas para los clientes.
Entre las innovaciones más destacadas se encuentra la personalización y actualización de los modelos de negocio y analítica de datos. Los hoteles, poco a poco, están integrando sus comunicaciones en la nube para facilitar a los empleados el poder tener una visión global de las necesidades del cliente. También intentan diseñar una experiencia que responda a las necesidades del nuevo usuario.
Focalizarse en el cliente
Los nuevos actores que han entrado en el mercado turístico han desafiado a los proveedores tradicionales. Frente a esto, los hoteles han pasado de focalizar-se en el producto a verter todos sus esfuerzos en el cliente para lograr su fidelización.
Para los viajeros, servicios y comodidades como una limpieza diaria, servicio de habitaciones, gimnasios, instalaciones deportivas, gastronomía y eventos se convierten en un punto a favor. Mediante estos servicios, los hoteles intentan rivalizar con la economía colaborativa y dar visibilidad a los esfuerzos en materia de seguridad, limpieza o atención al cliente.
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